Un plan de autocontrol de la Legionella es obligatorio para todas las instalaciones de riesgo como torres de refrigeración, fuentes ornamentales, sistemas de agua climatizada, etc., y las acciones que incluye deben ir encaminadas a procurar un control de la temperatura y de la calidad microbiológica y físico-química del agua, impedir el estancamiento del agua en la medida de lo posible, y en definitiva garantizar la limpieza, desinfección y mantenimiento de las instalaciones. En este post explicamos las medidas que implica.
Última modificación: 29 junio 2022
En los últimos años ha habido un repunte de casos de legionelosis en toda Europa, y en especial en España, que registró en 2019 (el más reciente publicado hasta la fecha), más de 1.500 casos y 82 muertos. Este aumento podría deberse no tanto a una falta de prevención, sino a una mejora en el sistema de reporte de casos, y sobre todo, según la OMS al cambio climático, que hace que prevenir la Legionella, o mejor dicho, prevenir su proliferación, sea más desafiante que nunca.
Aunque el aumento de casos de legionelosis afecta a toda Europa, países como España son especialmente susceptibles a esta enfermedad, por su clima más cálido y una gran presencia de instalaciones susceptibles de hacer proliferar la bacteria, como hoteles de temporada y otros tipos de áreas de ocio con equipamientos como piscinas climatizadas, torres de climatización, riego por aspersión y otros, que como veremos cumplen con los tres requisitos principales para la colonización, la multiplicación y la dispersión de la Legionella.
En este post explicaremos qué desafíos plantea el cambio climático a la hora de prevenir la legionelosis y qué medidas prevé la normativa.
La legionelosis es una enfermedad causada por la inhalación de aerosoles (suspensión de partículas diminutas en el aire) con especies del patógeno Legionella. Afecta especialmente a ancianos, fumadores, alcohólicos y personas de cualquier edad que padecen cáncer, diabetes o enfermedades respiratorias o renales crónicas, aunque cualquier persona puede resultar infectada, y presenta una mortalidad de alrededor del 15% de los casos reportados.
La legionelosis no se contagia entre personas, sólo por la inhalación de estos aerosoles, por lo que si existen dos personas cercanas infectadas, lo más probable es que hayan inhalado los aerosoles del mismo lugar, por ejemplo, si se han bañado en la misma piscina.
Existen multitud de especies del género Legionella que son un patógeno potencial, pero la que más frecuentemente está relacionada como causante de legionelosis es la Legionella pneumophila del serogrupo 1. Una de las formas más graves de legionelosis es la enfermedad del legionario, que suele empezar como una gripe, con dolor de cabeza, dolores musculares y fiebres altas (más de 40ºC), continuar, al segundo o tercer día, con tos con moco, falta de aliento, dolor en el pecho, confusión, problemas gastrointestinales y terminar con pulmonía aguda, con insuficiencia respiratoria, shock séptico y/o insuficiencia renal aguda.
Otras infecciones más leves que puede causar esta bacteria incluyen la fiebre de Pontiac, parecida a una gripe. A diferencia de la enfermedad del legionario, que puede llegar a ser mortal, la fiebre de Pontiac suele desaparecer por sí sola.
Para entender por qué aumentan los casos de legionelosis, primero debemos entender cómo se propaga la Legionella. Esta bacteria está presente en el ambiente de forma natural, en lagos, ríos y estanques y pasar a instalaciones que contienen agua, donde, si existen las condiciones idóneas de temperatura, suciedad, estancamiento, etc., para su proliferación, puede formar colonias que se dispersan en forma de aerosoles.
Las condiciones idóneas para la colonización, la multiplicación y la dispersión de la Legionella son:
Por este motivo, algunas de las instalaciones de uso humano más susceptibles de albergar colonias de Legionella son:
En todos estos casos se cumplen las condiciones de riesgo de proliferación Legionella porque se trata de aguas estancadas, que pueden acumular nutrientes ambientales o generados por las propias personas y que al recircular el agua dispersan las colonias que puedan formarse en forma de aerosoles.
Países como España, Francia, Italia, Grecia o Turquía concentran gran parte de casos, pero también de infecciones, dado que según este artículo, en muchos de los casos declarados en el norte de Europa la enfermedad fue adquirida en estos países, con un clima más cálido y un gran número de instalaciones proclives a la proliferación de la enfermedad (hoteles de temporada con torres de refrigeración, piscinas, saunas, aspersores para césped, etc) orientadas al turismo.
Dadas las condiciones de proliferación de la Legionella, las acciones que pueden prevenirla deben ir encaminadas a procurar un control de la temperatura y de la calidad microbiológica y físico-química del agua, impedir el estancamiento del agua en la medida de lo posible, y en definitiva garantizar la limpieza, desinfección y mantenimiento de las instalaciones. En otro post hablamos de la actuación frente a un brote de legionella, cuando la prevención no ha funcionado o no se ha hecho de forma correcta.
Según el Real Decreto 865/2003, de 4 de julio (BOE nº 171 de 18 de julio), los titulares de las instalaciones de riesgo son los responsables de que éstas no representen un riesgo para la salud pública. Por eso deben llevar a cabo un plan de autocontrol de la Legionella y asumir las mejoras estructurales y funcionales de las instalaciones, como garantizar la accesibilidad de los equipos para permitir su inspección, limpieza, desinfección y toma de muestras, entre otras.
El plan de autocontrol de la Legionella es obligatorio para todas las instalaciones de riesgo, que además deben constar en un censo del municipio y reportar cualquier caso de legionella que detecten. Este plan es distinto según el tipo de instalación, debe aplicar los protocolos establecidos en el R.D. 865/2003 y ser diseñado e implantado por profesionales acreditados, que entre otros, detallarán los componentes de las instalaciones y señalarán los puntos de control críticos (que pueden suponer un riesgo que hay que reducir a mínimos aceptables) en los planos.
Las medidas preventivas suelen resumirse en dos:
Dentro de estas grandes medidas, se pueden detallar:
En Aconsa estamos acreditados para la técnica ISO/IEC 17205 desde el año 2012 para analizar Legionella en el agua, desde aguas procedentes de redes de distribución de aguas potables (hoteles, hospitales, instalaciones deportivas, etc) hasta las aguas procedentes de circuitos industriales (torres de refrigeración, humificadores industriales, condensadores evaporativos, etc). Procesamos las muestras con agilidad para una máxima efectividad del plan de autocontrol.